Hoy vengo
con la segunda reseña post-vacacional.
Hoy os
cuento lo que me ha parecido “El mapa del cielo”, de Félix J.
Palma.
Creo que lo
mejor será no liarme escribiendo mucho antes de la reseña. Por lo
tanto, ahí va.
En
el caluroso verano de 1835, un hombre hizo soñar al mundo revelando
que la Luna estaba habitada por unicornios, hombres murciélagos y
otros seres fantásticos. Y aunque los telescopios no tardaron en
demostrar que aquello no era más que una granmentira, muchos
prefirieron seguir creyendo que en la Luna se almacenaban los sueños
que podían hacer más hermosas sus vidas.
Más de
sesenta años después, su biznieta Emma Harlow, una huraña
muchachita que aunque pretendida por lo más granado dela alta
sociedad de Nueva York se considera inmune al amor, está convencida
de que sólo podría enamorarse de alguien capaz deengañar al mundo
como lo hizo su bisabuelo. Por eso exige a su más infatigable
pretendiente, el millonario Montgomery Gilmore,un regalo muy especial
para casarse con él: que haga creer al mundo que Marte está
habitado, que reproduzca la invasión marciana descrita en La guerra
de los mundos, la novela de H. G. Wells. Pero para Gilmore no hay
nada imposible. Y los marcianos invadirán la Tierra, aunque esta vez
sea por amor.
¿Qué
ocurre cuando los sueños se convierten en pesadillas? ¿Tenemos que
dejar de soñar?
Sumérjanse
en las páginas de nuestra historia, intrépidos lectores, y
descubran qué es más fácil: sobrevivir a una invasión marciana o
conquistar el corazón de una dama que no cree en el amor.
¿Alguna vez
os ha pasado que un libro os resulta tan absolutamente aburrido que
al cabo de tres semanas seguís estando estancados en la página 190?
Esto es lo
que me ha pasado a mí con “El mapa del cielo”.
Cuidado.
Esto no quiere decir que el libro sea malo. Os aseguro que no lo es.
Lo que pasa
es que... sinceramente, el tema del que trata el libro me aburre a
más no poder. ¿Que cuál es el tema que me aburre soberanamente?
Los Extraterrestres. No soporto el tema. Me duerme y hastía en
demasía.
Llegados a
este punto y siendo totalmente sincero, os diré que no he podido
terminar el libro.
Es que, no
es solamente que trate el tema de una invasión alienígena en la
tierra. Es que, me dijeron que daba “miedito”.
Los que me
conocéis y pasáis por aquí, aunque sea muy de vez en cuando,
sabéis que me gusta la literatura de terror. Así que, comprenderéis
que esas palabras me lanzaran de lleno a su lectura.
Eso sí. Si
llego a saber que es de extraterrestres, ni me planteo abrirlo.
Otro de los
motivos que me impulsaron a su lectura, fue que me pareció
interesante aquello de que salieran, como personajes en el libro,
grandes personajes históricos y determinantes tiempo atrás, como
H.G. Wells o Edgar Allan Poe.
A favor del
libro, diré que puedes vivir perfectamente lo que estás leyendo
como si se tratara de una película.
Los paisajes
y personajes están muy bien dibujados. Es más. Están tan vivos
como tú y yo. Eso sí. Hasta que sale el marciano.
Pero vamos a
ver. ¿Cómo va a dar miedo algo que viene de otro planeta para abrir
la boca y sacar una lengua tentáculo de pulpo para estrandularte con
ella? No me ha dado miedo. La verdad es que me ha dado risa... Y, lo
siento por el que le guste el tema. Pero es que, por mucho que quise
creer la historia, al menos en mi caso, no pude.
Soy
consciente de que este es un tema que le gusta a mucha gente. Y yo, a
pesar de las pestes que estoy soltando del libro, reconozco que está
muy bien escrito. Es más, se lo recomiendo a todo aquel que disfrute
con las teorías sobre vida inteligente en otros planetas. Si eres de
este grupo de personas, adelante, que el libro te va a encantar.
Otra cosa
que me pareció un fallo gordo de la historia, es lo que os cuento
ahora.
Hay un
extraterrestre congelado en un museo. ¿En serio? Vale, es verdad que
estamos en la época victoriana, sí. Pero, por muy victoriana que
sea la era, ¿cómo es posible que el ser esté en un museo de
Londres en vez de En Sccotland Yar o en una instalación
gubernamental? No me lo trago. Como tampoco me trago que si el ser
está encerrado bajo llave en una estancia secreta del museo, que a
su vez está permanentemente vigilada por un guardia, ¿cómo es
posible que cuando entran H.G Wells y otro escritor a la estancia no
esté vigilada?
Es que no le
encuentro la lógica. Perdonad mi vehemencia.
Y ya, lo que
me ha rematado, ha sido que me pongan a Allan Poe en un barco que va
de expedición al polo sur con la misión de buscar la entrada a “La
tierra hueca”. ¡Por Dios! Un poquito de rigor, señor escritor.
Está bien que me ponga personajes históricos en su novela. Pero,
con fundamento.
Así pues,
he dejado el libro por imposible.
Vuelvo a
decir que el libro está muy bien para la gente que le gusten los
OVNIS.
¡Leche, que
rabia!